Carlos Álvarez escribe bajo el
seudónimo de Carlos González-Llanos, apellido heredado de una de sus abuelas.
Es un encanto de persona. Es optimista y siempre se está riendo y, aunque sus
respuestas o aspecto te chocan de entrada, si le escuchas te da la sensación de
que sabe lo que está haciendo o diciendo. Tratar con él es muy fácil y hace que
te sientas realmente cómoda.
1.) Carlos,
tienes carrera, Máster y eras director de un departamento de negocios en una
multinacional y lo dejaste todo para ponerte a escribir. ¿¿Se puede saber qué
estás haciendo??
¡Ja, ja, ja…! Soy un loco. J O eso dicen algunos. ¡Ja, ja…! Fuera de
bromas, los caminos no son fáciles, pero lo cierto es que cada uno debe seguir
en cada momento lo que su corazón le dicta. Solo tenemos una vida y hay que
vivirla a tu antojo, haciendo aquello que te apasiona. Reconozco que no he
dejado el mundo empresarial de lado, pero sí es verdad que me apetecía un buen
descanso. Los negocios te absorben mucho, te estresan, y llega un momento en
que te preguntas ¿es esto lo que quiero hacer? Si tu respuesta empieza a ser
que NO y ese NO dura mucho tiempo, entonces hay que cambiar. Esto último se lo
escuché decir a Steve Jobs. Me pareció un buen consejo.
2.) ¿Entonces
te apasiona escribir?
Cuando escribo, estoy absorto. Me
traslado a un mundo paralelo. Va dentro de mí, no lo puedo evitar. Disfruto con
cada palabra que escribo.
3.) Has
publicado La leyenda de Lunanegra, Un viaje desastroso… de Penélope Barroso y La
Espada Gigante de la saga El hijo del Paladín. Háblame de tus personajes, ¿hay
alguno que esté basado en ti?
No, ninguno. Siempre intento
evitar que mis personajes se parezcan a mí. Quiero que tengan vida propia y
tomen sus propias decisiones, y sean consecuentes con ellas. Sí es verdad que
puedo encontrar alguna semejanza, por ejemplo, con Rafa, de la Leyenda de Lunanegra, es romántico,
caballeroso, entregado, y yo lo era a su edad. También con Tino, uno de los
paladines, con el que comparto sentimiento de responsabilidad. Sin embargo, no
son yo, ni yo ellos.